Me encontré con mi propia cara y lo único que vi fue mil fantasmas. Lo siguiente fue un recuerdo de quien fui frente a quien soy, no me quise preguntar sobre el futuro porque cada día aparece solo.
Mil fantasmas me asechan, se comen mi rostro y desvanecen mi estructura mental. Soy tan frágil, tan impredecible e impulsivo, caigo mil veces en mis propios errores pero así saboreo el dolor de mis pecados.
Cargo mil culpas que me asechan, me destruyen y me hacen renacer. Suspiro sólo ya no pienso en mí, no soy un mal tipo, solo a veces las cosas no salen como esperamos.